¿Cómo afrontar esta crisis, provocada por el COVID-19 y no morir en el intento?

Visión.

Con visión de futuro, pero analizando el presente.

En estos momentos difíciles hemos de saber o al menos intentar saber identificar las oportunidades de negocio, crecer y aumentar nuestra participación de mercado.

¿Cuál es la estrategia ganadora? ¿podré asegurar salir vivo de esta crisis y de las que vengan?

La palabra CRISIS está en el ambiente, pero ¿ cuál es su significado en origen? CRISIS viene del griego KRISIS, del verbo KRINEIN, que significa “separar o decidir”

CRISIS es entonces, algo que se rompe, y una vez roto, nos empuja a reflexionar, analizar, a DECIDIR.

Y, ¿ qué decisión tomo? Porque, recetas maestras, no conozco, pero sí buenos consejos que comparto con vosotros.

  • El consumidor deja de pagar por productos y servicios que ya no considera “esenciales” .
  • El crecimiento y los ingresos son fundamentales para nuestra supervivencia; así pues, nuestra respuesta ha de ser un crecimiento moderado, trabajando la innovación diferenciadora.
  • Eliminemos complejidad y costes innecesarios, enfocando los mismos hacia lo que nos genere ingresos. Simplificar y lograr que nuestro negocio sea simple.
  • “Crescit in adversis virtus” es decir, sólo el más capacitado sobrevivirá al desafío que se presenta, y prosperará!!

No puedo seguir haciendo lo mismo de siempre, y además, esperar obtener resultados diferentes.

Los ingredientes, no de la receta maestra que no conozco, pero sí de la RECETA COVID podrían ser:

C= Cash

O= Oportunidad

V= Valor

I= Innovación

D= Decisión

Cash que me asegure la financiación. He de proteger los márgenes y evitar el exceso en descuentos. Las ventas tienen que tener un margen bruto que permita cubrir todos los costes variables directos e indirectos.

 

Aprovechar esta Oportunidad, adaptando mi empresa y modelo operativo, y saber responder de manera ágil y efectiva. Toca abrir la mente y explorar.

 

Valor. Creación de valor. Gestión adecuada de nuestra PyG. Identificar productos y servicios nuevos. Gestionar la cartera y los productos y servicios que ofrecemos para maximizar su valor. Replantear y renegociar costes, reduciendo los costes fijos al mínimo y, si es preciso, subcontratar servicios que convierta mis costes fijos en variables.

 

Punto clave: Innovación. Pensar en términos de “Innovación Renacentista” y el cambio que supuso de era: nuevos productos, servicios, modelos de negocio, socios si es preciso, …

 

Y, sobre todo, Decisión: tomar rápidamente (si bien analizada) la decisión acertada, con calidad en su ejecución. Demos un impulso a nuestro negocio. Hagamos un DRIVE ( Decisión que trae el  Resultado deseado  si la Implemento Velozmente y con Excelencia).

 

Para garantizar una buena gestión empresarial, seamos:

  • Agiles leyendo el entorno cambiante, entender el proceso de cambio y aprovechar la oportunidad.
  • Resilientes con capacidad de empezar desde cero cada día si es preciso.
  • Líderes que motiven a nuestros empleados; solucionando el corto pero sin perder de vista el largo plazo; saber invertir para maximizar el retorno.
  • Serenos y con templanza en la toma de decisiones; tomar decisiones que busquen la continuidad del negocio y la sostenibilidad a largo plazo de nuestra empresa.
  • Apasionados como un imán que atrae todo aquello que busquemos.

 

Es muy posible que desaparezca todo aquello que está presente por inercia: el trabajo 100% presencial, los gastos superfluos, lo “cutre”, aquellos puestos que no generen valor añadido, …

Estamos en un momento “DARWINISTA”. Debemos poner todos nuestros esfuerzos en adaptarnos y no en lamentarnos (no hay tiempo para el lamento).

Los que se adapten saldrán más fuertes, inventarán nuevos modelos organizativos y de negocio.

Los empresarios, gerentes, debemos dar la VISION, pero confiar igualmente en nuestros asesores, compañeros y en la velocidad de acción de nuestros equipos y empleados.